Hay muchas preguntas que influyen no solo en si tenés que tener un perro o un cachorro, sino también en qué tipo de perro tener y si es mejor para vos ir a un centro de rescate o a un criador. Sin embargo, lo principal es que te preguntes si tu estilo de vida actual es compatible con un perro y, en caso de que tengas que hacer algún cambio, si estás preparado.
Preguntas que tenés que considerar antes de tener un perro:
- ¿Tenés hijos? Si es así, ¿cuántos años tienen? Es posible que tengas que tomarte un tiempo para educar a tus hijos pequeños sobre cómo deben comportarse con un perro. También es posible que tengas que considerar dónde pasará el tiempo el perro si no estás cerca constantemente, ya que los niños pequeños no deben quedarse solos con un perro.
- ¿Tenés otras mascotas? Si es así, ¿cómo podrían reaccionar ante una nueva incorporación? Presentarles un perro a las mascotas actuales es algo que debe hacerse gradualmente.
- ¿Tenés un jardín? Si es así, ¿es seguro? Es necesario revisar si hay agujeros en la cerca o plantas venenosas y otros peligros. Si no tenés un jardín, ¿cómo podrá acceder el perro al exterior cuando lo necesite?
- ¿Trabajás a tiempo completo? Si es así, ¿estarás afuera todo el día? ¿Alguien más podrá cuidar al perro durante el día, para ayudar a entrenarlo cuando sea joven o para pasearlo y asegurarse de que tenga agua?
- ¿Cuánto viajás? Si salís mucho de vacaciones, ¿tu perro irá con vos? ¿Cuál es tu plan si no puede acompañarte?
- ¿Podés financiar las necesidades de tu perro, como el seguro de mascotas, los alimentos, las cuentas del veterinario y el aseo?
¿Tenés el tiempo necesario para un cachorro?
Una de las preguntas más importantes que tenés que hacerte es si tenés tiempo para cuidar y entrenar a un cachorro. Los cachorros requieren muchos cuidados y atención para garantizar que no se lastimen, entrenarlos y ayudarlos a convertirse en perros bien adaptados.
Por ejemplo:
- Los cachorros necesitan mucho apoyo para su entrenamiento, así como ayuda para adaptarse a sus nuevos hogares. A medida que crecen, seguirán necesitando mucho ejercicio regularmente. Si no estás en casa todo el día, es posible que un cachorro no sea adecuado para vos.
- El programa de entrenamiento y conducta debe comenzar lo antes posible, cuando tu cachorro tenga una excelente capacidad natural de aprendizaje. Este proceso puede ser gratificante, pero requiere mucho tiempo y un refuerzo constante.
- Cuando recién llegue a tu casa, tendrás que estar presente durante las horas regulares de alimentación y controlar la conducta del perro durante el entrenamiento y en casa.
- Como tiene mucha energía y todo le llama la atención, tu cachorro necesita jugar un poco y con frecuencia, lo que requiere cuidado, atención y planificación. Por ejemplo, debería compartir parte de su tiempo de juego con otros perros, para que aprenda a socializar.
¿El ambiente de tu hogar es seguro para un perro?
No existe un solo tipo de entorno adecuado para un perro. Si tenés hijos y otras mascotas, tenés que tenerlos en cuenta. Podés vivir en una ciudad, en el campo, en un departamento o en una casa. Sea cual sea el ambiente, lo importante es que sea seguro para tu mascota.
Los cachorros, en particular, son muy receptivos a su entorno, y el efecto de las experiencias negativas perdura por largo tiempo. En la actualidad, el hábitat más común es el urbano, y la vida en la ciudad trae aparejados numerosos estímulos visuales y auditivos, que suelen ser frecuentes e intensos. Es extremadamente importante que tu cachorro no asocie el ambiente donde vive con algún miedo o alguna sensación desagradable.
La vida en la ciudad puede ser muy estimulante para un cachorro, pero, a la vez, muy abrumadora. Tomate el tiempo para familiarizarlo de a poco con su entorno, así como con las diversas situaciones que deberá enfrentar: autos, escaleras mecánicas, ascensores, trenes, tranvías o colectivos, por nombrar solo algunos.
El cachorro también debe aprender a estar solo en el hogar a veces, durante períodos cada vez más largos, sin asustarse ni volverse destructivo o ruidoso.
A continuación enumeramos algunos aspectos que tenés que considerar:
- Cables eléctricos expuestos
- Cualquier lugar donde un cachorro podría atascarse o caer, como ventanas, balcones o escaleras
- Acceso a sustancias tóxicas, como productos de limpieza, repuestos de cigarrillos electrónicos, medicamentos, fertilizantes químicos, herramientas afiladas, herbicidas e insecticidas
- Agujeros y huecos en el jardín por donde un cachorro podría escapar, y plantas venenosas
- Plantas venenosas, como ficus, ciclamen, acebo, muérdago, filodendro, áloe, narciso, jacinto, iris, azalea, rododendro, adelfa y arvejilla.
Adquirir un perro puede generar una relación gratificante y duradera. Si te asegurás de que tu hogar y tu estilo de vida puedan satisfacer las necesidades de salud y seguridad de tu nuevo perro, podrás garantizar en gran medida una vida sana y feliz juntos.
